Colombia ha marcado un hito significativo en su proceso de recuperación económica. El más reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), correspondiente a agosto de 2025, reveló que la Tasa de Desocupación nacional se ubicó en 8,6%, alcanzando una de las cifras de desempleo más bajas registradas desde el inicio de la pandemia. Este resultado no solo confirma una tendencia de recuperación constante en el Mercado Laboral, sino que también ofrece un respiro en medio de un entorno económico global y local lleno de desafíos.
La cifra de 8,6% representa una mejora notable frente al 9,3% registrado en el mismo mes de 2024. Además, ratifica la dirección positiva del empleo al situarse por debajo del 8,8% alcanzado en julio pasado. En términos absolutos, el país registró en agosto 23,4 millones de personas ocupadas, un aumento de 393.000 frente al año anterior. La reactivación fue especialmente notoria en las áreas urbanas, donde se concentran los mayores centros de empleo y producción. En las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas, la tasa de desocupación cayó al 7,8%, confirmando que la tendencia de recuperación es robusta y consistente en los principales polos de desarrollo del país.
La Celebración a Medias: Informalidad al Alza
Si bien las cifras generales del desempleo invitan al optimismo, el análisis del DANE muestra que este avance es solo parcial y esconde profundas señales preocupantes. Detrás de la disminución del desempleo persiste un desafío estructural que opaca la celebración: la informalidad.
El Mercado Laboral colombiano sigue anclado en un alto nivel de informalidad, que en varias de las principales ciudades del país incluso registró un aumento. Esto significa que una porción significativa de los 393.000 nuevos ocupados no tienen acceso a seguridad social, pensiones o contratos estables. La informalidad es una barrera para el crecimiento económico sostenible y la equidad social, ya que perpetúa la precariedad y limita el poder adquisitivo a largo plazo de los trabajadores. Para los expertos, el verdadero éxito del Mercado Laboral solo se alcanzará cuando la Tasa de Desocupación baje al mismo tiempo que la formalidad sube.
El Factor Oculto: Menos Personas Buscando Empleo
Otro dato que requiere una lectura cuidadosa es la reducción en la Tasa Global de Participación (TGP), que mide la proporción de la población en edad de trabajar que está activa en el Mercado Laboral (buscando o teniendo empleo). La TGP se redujo de 64,5% a 63,9%.
En términos sencillos, menos personas estuvieron buscando trabajo activamente en agosto. Si bien esto contribuye a que la Tasa de Desocupación se vea más baja (ya que los inactivos no se cuentan como desempleados), plantea una duda crucial: ¿cuántos de estos inactivos lo son por decisión propia o por desánimo? La existencia de trabajadores desanimados —aquellos que han dejado de buscar empleo ante la percepción de falta de oportunidades— es un indicador de que el Mercado Laboral aún no genera la confianza suficiente en ciertas poblaciones. Esta disminución en la TGP debe ser un llamado de atención para las autoridades económicas y sociales.
La Brecha Estructural: El Contraste Urbano-Rural
El informe también destaca una vez más la brecha estructural existente entre la Colombia urbana y la rural.
El Empleo Urbano mostró una sólida recuperación, con un aumento del 3% en las 13 principales ciudades y un 3,7% en otras cabeceras. Este crecimiento es el motor de la buena cifra general de desempleo.
En fuerte contraste, el empleo rural experimentó un retroceso. En los centros poblados y las zonas rurales dispersas, el número de ocupados cayó en un preocupante 4%, lo que se tradujo en la pérdida de 237.000 puestos de trabajo. Esta divergencia es un síntoma de que la reactivación económica y las políticas de empleo no están llegando con la misma fuerza a las zonas rurales, que dependen en gran medida de los ciclos agrícolas y las cadenas productivas que aún luchan por estabilizarse post-pandemia. Es un recordatorio de que la prosperidad económica en Colombia sigue siendo geográficamente desigual.
En resumen, la caída del desempleo a 8,6% es un logro innegable que debe celebrarse como un avance en la superación de la crisis de la pandemia. Sin embargo, la persistencia de la informalidad y la pérdida de empleo en el sector rural son los retos pendientes que el Mercado Laboral de Colombia deberá abordar con urgencia mediante políticas enfocadas en la formalización y el desarrollo equitativo de las zonas rurales.
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