El Balón de Oro 2025 ya tiene dueño: Ousmane Dembélé, delantero del PSG, se coronó como el mejor futbolista del mundo y se convirtió en el sexto francés en levantar el prestigioso trofeo. Sin embargo, su victoria ha generado un debate intenso a nivel internacional, ya que gran parte de la prensa y la afición consideran que Lamine Yamal merecía más el galardón.
Dembélé se impuso a nombres de peso como Yamal y Raphinha (Barcelona), Vitinho (PSG) y Mohamed Salah (Liverpool). El atacante parisino también pasó a la historia como el primer jugador del siglo XXI en ganar el premio en su primer año de nominación. Una hazaña que confirma su resurgir tras años marcados por la irregularidad y las lesiones.
La polémica con Yamal
Para muchos expertos y aficionados, el español Lamine Yamal era el verdadero candidato al Balón de Oro. A sus 18 años, el joven del FC Barcelona rompió récords y encandiló al mundo con un fútbol artístico, impactante y decisivo. Sin embargo, el hecho de que el Barça no alcanzara la final de la Champions League ni el Mundial de Clubes jugó en su contra.
Medios como Marca señalaron que Yamal fue más influyente y espectacular durante la temporada, aunque reconocieron que el PSG campeón de Europa inclinó la balanza hacia Dembélé. El diario subrayó que, si bien el francés se reinventó como delantero centro con Luis Enrique, fue el talento precoz del español quien ofreció un rendimiento más brillante.
El editor de France Football, Vincent Garcia, explicó que no hubo “intrigas” en la votación y que Dembélé ganó por un amplio margen. Sin embargo, periodistas de medios como The Independent y Cadena SER insistieron en que Yamal “jugó a un nivel superior” y que quizás su juventud fue un factor que pesó en la decisión.
El papel de Luis Enrique
Otro de los protagonistas indirectos de este Balón de Oro es Luis Enrique. El entrenador del PSG fue clave en la transformación de Dembélé, convirtiéndolo en un delantero más completo, con capacidad de presión, goles y liderazgo. Lo que antes era inconsistencia en el Barcelona se transformó en eficacia y disciplina en París.
Para la prensa francesa, el premio no solo representa un triunfo personal de Dembélé, sino también un reconocimiento al proyecto deportivo del PSG y a su presidente, Nasser Al-Khelaifi. El regreso del Balón de Oro a París refuerza la imagen del club como potencia mundial.
Un premio con sombras
Aunque el triunfo de Dembélé ha sido celebrado en Francia y reconocido por analistas internacionales, la sensación general es que el Balón de Oro volvió a premiar títulos colectivos por encima del rendimiento individual. “Si el PSG no hubiera ganado la Champions League, Dembélé no habría ganado el Balón de Oro”, apuntó Cadena SER.
La controversia reabre el eterno debate sobre la misión real del galardón: ¿reconocer al mejor jugador del mundo o al más exitoso en términos de títulos? En este caso, Yamal terminó segundo y sumó su segundo Trofeo Kopa consecutivo, destinado al mejor jugador menor de 21 años. Un premio de consolación para una estrella que parece destinada a dominar el fútbol en la próxima década.
Conclusión
El Balón de Oro 2025 deja un ganador indiscutible en estadísticas y logros colectivos, pero también un perdedor moral que sigue creciendo a pasos agigantados. Para muchos, Lamine Yamal no ganó la estatuilla dorada, pero sí confirmó que es el futbolista más talentoso de su generación. El tiempo dirá si la polémica de este año se convierte en el inicio de una hegemonía que marcará una era.
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