En un movimiento estratégico que podría fortalecer los lazos económicos y garantizar la seguridad alimentaria en la región, Colombia y Venezuela están avanzando en una "hoja de ruta" para la venta de la petroquímica estatal venezolana Monómeros. La vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, confirmó la noticia tras una reunión en Caracas con el ministro de Energía y Minas de Colombia, Edwin Palma, señalando que la empresa de fertilizantes será vendida a la nación vecina. Esta decisión, que se venía manejando a nivel de especulaciones, se hace pública por primera vez desde el lado venezolano, confirmando los rumores y las gestiones iniciadas meses atrás.
La venta de Monómeros, una empresa con sede en Barranquilla, Colombia, es de vital importancia para el sector agrícola de ambos países. Durante más de cinco décadas, la petroquímica ha sido un actor clave en la producción y distribución de insumos agrícolas, garantizando precios justos y alta calidad para los campesinos de la región. Su papel ha sido fundamental para la productividad de millones de familias, y su posible privatización había sido motivo de preocupación para el presidente colombiano Gustavo Petro.
La postura de Petro y el contexto de la negociación
El pasado mes de noviembre, el gobierno colombiano, a través de la Superintendencia de Sociedades, había iniciado una actuación administrativa para someter a "control" a Monómeros ante la "posible venta de sus acciones". En ese momento, la medida no era una toma de posesión, sino un mecanismo de supervisión para garantizar la autonomía de la empresa y los derechos de los accionistas. En el mismo período, el presidente Petro había expresado su rotunda oposición a la privatización de la empresa en una carta pública dirigida a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro.
En su misiva, Petro argumentó que una posible privatización "implicará el encarecimiento de los productos", perjudicando directamente a los agricultores que dependen de los fertilizantes de Monómeros. Además, señaló que la decisión de vender la compañía, impulsada por el ministro de Industria y Producción de Venezuela, Alex Saab, podría poner en riesgo los beneficios que la empresa ha brindado a los campesinos de ambos países. La confirmación de la venta a Colombia, sin embargo, podría ser una solución que concilie los intereses de ambas naciones, manteniendo la empresa bajo control público y garantizando que sus productos sigan llegando a los agricultores a un precio asequible.
Un futuro de cooperación y seguridad alimentaria
La reunión entre la vicepresidenta Rodríguez y el ministro Palma marca un hito en las relaciones bilaterales, demostrando una voluntad de cooperación en temas de gran relevancia económica y social. La "hoja de ruta" que están evaluando ambas naciones podría sentar un precedente para futuras negociaciones y proyectos conjuntos. Si la venta se concreta, Colombia no solo aseguraría el acceso a insumos agrícolas vitales, sino que también recuperaría un activo estratégico que ha estado en el centro de disputas políticas y económicas por varios años.
La adquisición de Monómeros por parte del gobierno colombiano podría ser vista como una jugada maestra de Petro para proteger a los agricultores y garantizar la seguridad alimentaria del país, un tema prioritario en su agenda de gobierno. Aunque no se han revelado los detalles de la venta, el simple hecho de que se esté negociando públicamente es una señal positiva. La venta de la petroquímica podría ser el inicio de un nuevo capítulo en la relación entre Venezuela y Colombia, un capítulo en el que la cooperación económica prevalece sobre los conflictos políticos, beneficiando directamente a los ciudadanos de ambos países.
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